Ingenieros de Japón han diseñado las cucarachas cyborgs que pueden ser controladas de manera remota. Esto ha sido posible gracias a una especie de mochila que llevan en su espalda, la cual estimula las piernas del insecto a través de impulsos eléctricos y que, al mismo tiempo, se recarga con luz solar.
Aunque la idea de un insecto a control remoto pueda parecer espeluznante, el grupo de investigadores, liderado por Kenjiro Fukuda del RIKEN Cluster for Pioneering Research (CPR), asegura que tendrá un fin beneficioso, ya que podría ayudar a inspeccionar áreas peligrosas, monitorear el medio ambiente y buscar supervivientes cuando ocurre un terremoto u otra catástrofe natural.
Los científicos experimentaron con cucarachas de Madagascar vivas (Gromphadorhina portentosa), que miden cerca de seis centímetros, indica su estudio publicado en la revista NPJ Flexible Electronics. La cucaracha es un animal único para la ciencia por su notable resistencia, ya que sus antepasados han resistido eventos de extinción masiva.
Las cucarachas llevan en su espalda una especie de mochila. Esta incorpora un dispositivo que controla el movimiento de sus piernas y unas celdas solares que le dotan de energía. Foto: captura de pantalla Daily Mail / RIKEN
Los científicos instalaron un módulo de control con cables a los “cercos” del insecto, que son órganos sensoriales al final de sus abdómenes. Este dispositivo se encarga de enviar impulsos eléctricos que hace que la cucaracha se mueva a la izquierda, derecha, hacia delante y hacia atrás.
Sin embargo, Fukuda y sus colegas querían que sus insectos cyborgs puedan ser controlados durante un periodo largo, de tal modo que no interrumpan las misiones científicas. Por esa razón, idearon acoplarle una celda solar que mantenga el módulo de control siempre operativo.
Luego, ambos componentes (el módulo de control y la batería solar) fueron acoplados en una ‘mochila especial’ hecha en 3D que se adhirió perfectamente al tórax del insecto. Cabe destacar que este equipaje era lo suficientemente ligero como para que los animales tengan movimientos naturales.
Según los científicos, la fijación de este sistema duró más de un mes y, en ese tiempo, los animales no se vieron afectados en sus movimientos normales. Por esa razón, en un futuro esperan experimentar con escarabajos o cigarras.
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